La construcción de la rambla Sur está asociada a un momento particular de nuestra historia, pautado por un clima de optimismo, que se reflejaba en la realización de obras colosales, como el Hotel Casino Carrasco (1921), el Palacio Salvo (1922), el Palacio Legislativo (1925), el Hospital de Clínicas (1929), el Palacio Municipal (1930) o el Estadio Centenario (1930). Todo al mismo tiempo y pago –en la mayor parte de los casos– al contado, en un momento en que en el mundo se comenzaron a formular las bases conceptuales del Movimiento Moderno en arquitectura y urbanismo.
Un punto clave en el diseño de la Rambla es su despojamiento de ornamentos, la regularidad de las formas, la armonía de las proporciones, el cuidado de los detalles, la expresividad de los materiales y la calidad constructiva. Racionalidad, pureza, claridad e intemporalidad guían la traza y el diseño del proyecto, estableciendo puntos de contacto con el pensamiento de las vanguardias modernas.
La Rambla Sur se inauguró oficialmente el 30 de diciembre de 1935, pero el plan definitivo de su urbanización se estructuró en 1947, llevándose buena parte del pasado montevideano de unas treinta manzanas que se ubicaban entre la calle Reconquista y el mar: humildes caseríos y pequeñas playas, calles y canteras, hábitos y costumbres, sones y cantares, a los que alude el conocido tango “Adiós mi barrio”, de autoría de Víctor Soliño y Ramón Collazo, con su recurrida expresión “la piqueta fatal de progreso”, que transformó definitivamente la impronta de la ciudad.
- Contenido accesible:
No
Espacios recreativosAccesosRebajes de cordón
CirculaciónAmplia y sin relieves por toda su extensión.
Estacionamiento accesibleNo
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